La alimentación consciente y la salud realmente No son costosas; alimentarte de forma consciente depende de lo que tú elijas, y del conocimiento que tengas de tus necesidades nutricionales y de conocer un poco los alimentos. El mercadeo y la forma como los medios nos presentan la alimentación sana nos han hecho creer dos cocas completamente falsas. La primera es que alimentarse sanamente es costoso, que todo es más caro; la segunda es que es soso, y que no disfrutas lo que comes.

El propósito de este artículo es contextualizarte sobre lo que realmente requiere una alimentación consciente y permitirte elegir en qué INVERTIR.

Para iniciar vamos a hablar de qué significa invertir en Tú transformación. Sí, es importante invertir, claro, porque cuando haces procesos de transformación, eso requiere cambios que sean sostenibles en el tiempo y para ello hay que cambiar primero el chip, definir tu propósito (puedes ver el artículo sobre esto aquí), y reconocer lo que necesitas. Como todo proceso de cambio hay que invertir: energía, tiempo y/o dinero. Tu eliges qué tanto de cada uno de estos “ingredientes”.

Pasos para una alimentación sana, consciente y que se ajuste a tu presupuesto:

1. Capacitarte, reconocerte y aprender a elegir los alimentos.

Cuando nos referimos a alimentación consciente, sana y equilibrada, el primer paso es conocer los alimentos; entonces requieres de capacitación o acompañamiento para ello. Muchas personas eligen hacerlos de forma autodidacta; mi recomendación es que lo hagamos en conexión con los mensajes de nuestro cuerpo, y no solamente leer y leer muchos libros; porque hay muchos tipos de dietas y enfoques a nivel de salud, y cada persona tiene unas necesidades nutricionales individuales. Entonces debes reconocerte y conectarte con tu cuerpo y tu ser, para saber como navegar en todo ese mundo de información y elegir lo que más te conviene. Todo este proceso de capacitación autodidacta requiere inversión: tiempo y energía; pero precisamente como la información es confusa, muchas personas eligen capacitarse con talleres, acompañamiento profesional, o cursos, y esto requiere inversión: tiempo, energía y dinero.

La buena noticia es que como toda inversión, tu después obtienes los frutos, te empoderas de tu alimentación, te conectas con tú propósito y el esfuerzo inicial habrá valido la pena.

2. La decisión de cocinar.

Debemos hacernos conscientes de que lastimosamente la oferta que el mercado nos da sobre alimentos sanos es aún muy poca, y que lo más probable es que debas cocinar en casa. Entonces ahí está tu primera decisión. Cocinas o no cocinas. Al cocinar vas a invertir tiempo, y si eliges no cocinar, invertirás entonces dinero en el servicio de otra persona que lo haga por ti. Esto incluye la compra de alimentos pre-cocidos, que son más costosos que los alimentos en su estado natural, crudos o medianamente procesados.

Por otra parte, cocinar podría, además de ser más económico, también podría ser el medio que te ayude a conectarte con los alimentos; puesto que los olores, sabores, contacto con diferentes aromas y texturas hacen que recuerdes lo que significa comer natural, y que en ti se activen esos códigos genéticos que te dicen cuáles alimentos te convienen más y también te conectas con tu creatividad.

3. Creatividad y organización en la cocina:

Si elegiste cocinar, entonces va a ser más fácil gestionar tus costos; pues así aprendes cuales son los ingredientes que necesitas y cómo elegir los que se acomoden a tu bolsillo.

Empecemos por esos alimentos sanos que son costosos: almendras, nueces de diferentes tipos, lechadas vegetales (leche de coco o de almendras), ghee, aceite de coco, proteínas vegetales ya preparadas, quesos de cabra, búfala, oveja o fermentos tipo quesos vegetales, arroz integral, quínoa y otras semillas.

Tip #1: Usa alimentos autóctonos. Las almendras son fuente de grasa y algunos minerales; pero el coco también contiene grasa, fibra, vitaminas y minerales. Es mucho más económico hacer una lechada de coco (ver receta al final), que de almendras. Y si te preocupa el tema del calcio, pues te cuento que hay muchas fuentes de calcio diferentes a lacteos de vaca y alemndras, como por ejemplo las hortalizas verdes como el brócoli. Entonces el secreto está en ir más allá de lo que el mercado te vende como “sano” y elegir lo que se produce en nuestra región. Así gastamos menos y consumimos productos locales, una práctica de sostenibilidad.

Tip #2: Organízate y prepara tus lechadas, ghee, harinas alternativas (cómo la harina de coco) proteínas vegetales y quesos vegetales en casa! Son recetas sencillas que de hecho encuentras en internet (algunas están en mi recetario virtual, lo puedes descargar diligenciando el formulario aquí), y así ahorras y las preparaciones son mucho más deliciosas, porque están frescas.

Tip #3: Aprende a Mercar. No merques todo lo caro en el mismo mercado; elige máximo 2 productos costosos, y abastécete de semillas y nueces más económicas (como las semillas de girasol y la linaza), proteínas naturales (pollo, carne, pescados, huevos, lácteos o si eres vegetariano haz tus propias proteínas vegetales con los granos y las semillas), y aprovecha la variedad de frutas y vegetales, y sé creativo para crear tus propias mezclas con la ayuda de especias y hierbas frescas!

Tip #4. Aprende sobre todos los grupos de alimentos, así sabrás qué comprar y cómo balancear tu plato, con diferentes ingredientes.

Tip #5: Atrévete a probar otros sabores: y acá te cuento que este es precisamente el propósito de cocina para volver al origen, conectarte con los sabores, las mezclas y los grupos de alimentos desde tu esencia, desde tu origen.

Un ejemplo de estas preparaciones básicas y económicas que te permitirán gestionar tu mercado.

A continuación, te invito a ver un video, sobre cómo preparar lechada de coco y harina de coco, de forma fácil.

¿Quieres aprender a comer de forma sana y consciente de acuerdo a tu estilo de vida y presupuesto?