Entre la salud y la enfermedad, hay muchas corrientes con diferentes percepciones sobre los peligros de los endulzantes. Buscamos en el torrente de información en internet, y vemos que todo es malo!!! TODO!!!! Que terrible… y ¿por qué? ¿Quiere decir entonces que no tendremos nunca la oportunidad de comernos un bocadito dulce y de satisfacer esos antojos que nos invaden en ciertos momentos de nuestras vidas? ¿Quiere decir que la naturaleza se equivocó desarrollando parte de nuestra papilas gustativas aptas para saborear el dulce, y nosotros no lo necesitamos? ¿Quiere decir que la fructosa natural de las frutas y el placer de un toque de miel de abejas son pecados mortales?
Yo creo que la naturaleza, está bien. Creo que si nuestros ancestros usaban miel, frutas maduras, alimentos farináceos, jarabes hechos con frutas o vegetales, es porque tiene que ser bueno. Que si usaban especias dulces, no sólo para fines terapéuticos, sino también para despertar esa parte de nuestra lengua y nuestro paladar que se excita con el dulce, es porque ese placer es parte de la vida. Y si la salud es un estilo de vida, debe ir de la mano con el disfrute.
Entonces ¿qué fue lo que pasó en el proceso? ¿Cuándo se hizo tan difícil incorporar en nuestra vida alimentos dulces?
Un poco de contexto.
Lastimosamente me toca empezar con lo que nos hace daño: Toxicidad, productos comestibles tóxicos: alimentos refinados y/o altamente procesado que perdieron sus propiedades naturales y que el cuerpo no reconoce. Sí, alimentos como el azúcar, que en su proceso de producción es lavado con sulfitos y óxido de calcio. También están los glúcidos, derivados de almidones, que por sus características moleculares afectan los niveles de azúcar en la sangre de forma directa, y que lastimosamente se usan como vehículos en los endulzantes con los que se reemplaza el azúcar (dextrinas, dextrosa, almidones modificados, entre otros). Y ni que decir, de los edulcorantes sintéticos cuyos efectos secundarios en nuestra salud ya han sido comprobados o están en proceso de estudio (aspartame, sucralosa, sacarina, eritritol, algunos polialcoholes, entre otros).
Sin embargo, hay opciones naturales, que fueron usados por nuestros ancestros, y que su conservamos sus propiedades y características naturales, no tendríamos por qué preocuparnos de que causen daños en nuestra salud. Y acá es donde el contexto es muy importante. Porque con la industrialización de los alimentos, muchos productos que eran naturales, que generaban bienestar, hoy tienen características diferentes que debemos conocer para aprender a elegirlos, con consciencia. Y para ello quiero poner en contexto 4 premisas que es muy importante comprender:
- Tu percepción del sabor puede estar alterada: hay alimentos como el azúcar y el glutamato monosódico que alteran la percepción del sabor y son altamente adictivos. Lo primero es reconocer esto y hacerte consciente de que debes recuperar tu percepción natural de los sabores, y así disfrutarlos más.
- Cambios en los alimentos durante los procesos de transformación: Algunos alimentos son sensibles a las temperaturas, y a los cambios fisicoquímicos durante los procesos industriales, de forma que se alteran sus propiedades y dejan de ser sanos. Por lo tanto, es importante conocer las propiedades básicas de lo que consumes, leer las etiquetas, y aprender a reconocer los productos desde sus características naturales para poder elegir. Recuerda, mi propósito, desde cocina para volver al origen es que tú elijas
- Alimentos naturales y salud: Los alimentos naturales, o que en su proceso de producción o empacado no hayan perdido sus propiedades nutricionales, pueden ser sanos para unos, y para otros no. Tu genética, tu estilo de vida y tus requerimientos energéticos son individuales, y además tu historia médica también lo es. Así que es importante conocer tus necesidades para elegir.
- Alimentos orgánicos, agroecológicos, bio. Esta caracterización de los alimentos no garantiza que sean limpios. El hecho de que el azúcar o la panela sean orgánicas no significa que sean productos libres 100% de tóxicos, ni que sean 100% naturales. Esto depende de la normatividad que certifica, y cada país o región tiene unas exigencias distintas. Así que no es un criterio general para definir si un producto es sano.
Con estas cuatro premisas claras, inicio con la descripción de nuestras opciones naturales para endulzar y preparar delicias que nos den ese placentero dulce.
¿La panela es natural?
La panela en la actualidad es un alimento que comercialmente contiene algunos aditivos como el óxido de calcio y poliacrilamidas. Estas sustancias dejan residuos de cal y acrilamida que tienen ciertos niveles de toxicidad, cuyos efectos en la salud se están investigando por la relación con enfermedades crónicodegenerativas. Aunque los niveles de estas sustancias son bajos, tu cuerpo no siempre las elimina, y pueden acumularse, generando en el largo plazo enfermedades. Por eso también es importante tener presentes las tres palabras claves en la alimentación: frecuencia, permanencia y cantidad.
Si vas a elegir panela orgánica o de producción agroecológica, verifica que sea 100% natural. Por eso recomiendo ir conociendo proveedores de confianza que sean ambiental y socialmente responsables. Si deseas conocer proveedores de panela agroecológica en Medellín escríbeme.
¿Qué opciones tengo?
- Jarabe de yacón: Un endulzante 100% natural, que se realiza con el extracto del tubérculo llamado yacón. Este tubérculo de origen andino, se ha estudiado en los últimos años por sus propiedades en la regulación del azúcar en la sangre y su potencial en el manejo de algunas enfermedades, aunque los resultados aún no son concluyentes. Su sabor es dulce, su aspecto es el de un jarabe concentrado parecido a una melaza es de color oscuro y tiene consistencia espesa. Puedes realizarlo en casa (para ver el video sobre cómo realizarlo click aquí) o comprarlo, verificando que la marca que compres tenga el sabor genuino a yacón (de ninguna forma debe saber a panela).
El jarabe de yacón contiene entre 40% y 50% de fructooligosacáridos, que son un tipo especial de moléculas de azúcar que el cuerpo humano no puede digerir. También contiene inulina (una sustancia dulce que también es fibra) y agua. Su contenido de glucosa y fructosa es bajo, por lo que tiene un impacto relativamente bajo en los niveles de glucosa en la sangre.
Generalmente, el jarabe de yacón se considera seguro, pero consumir grandes cantidades puede ocasionar distención abdominal, exceso de gases, diarrea o molestias digestivas generales, ya que los fructooligosacáridos y la inulina contienen fibra, y en exceso pueden generar estos efectos.
- Estevia: Estevia es un edulcorante natural que se extrae de las hojas de un arbusto de Sudamérica conocido científicamente como Stevia rebaudiana. Este extracto tiene un sabor dulce, pero con un toque amargo al final. Los componentes activos que dan el sabor dulce son esteviósido y rebaudiósido A, los cuales tienen un sabor diferente.
El extracto de estevia es el único endulzante que no tiene un impacto en los niveles de glucosa en la sangre, siempre y cuándo se consuma 100% natural. Cuando está acompañado de otros endulzantes o glúcidos como maltodextrina, dextrosa, entre otros, el impacto de estas otras sustancias es significativo para nuestra salud. Si deseas saber cómo hacer el extracto en casa, te invito a descargar el recetario gratuito aquí.
- Miel de abejas: La miel de abejas se ha usado de forma milenaria por sus propiedades antibacterianas, antimicóticas y beneficios para la salud. Sin embargo el contenido de fructosa, glucosa y otros oligosacáridos es muy variado; y dependiendo de su composición, afecta los niveles de glucosa en sangre, con una variación en sus índices glicémicos de 32 hasta 85. Esa es la razón por la que se ha relacionado su consumo como dañino. Además, como todos los alimentos, su consumo excesivo causa efectos en la salud, porque es un alimento para consumir en pequeñas cantidades. Por otra parte, si tienes alguna enfermedad crónica que se vea impactada por consumo de alimentos con alto contenido de azúcares, debes evitar su consumo, o elegir OCASIONALMENTE mieles con un índice glucémico moderado, como la miel de acacia, cuyo IG es de 32.
Es importante que la miel que elijas sea 100% natural, de apicultores responsables y confiables y que tengas presente que la mayoría de las mieles de abejas no deben usarse para cocinar, por lo que te sugiero la uses en preparaciones crudas o con temperaturas muy bajas (debajo de los 65 ºC). Esto quiere decir que podrás endulzar un café, o un chocolate caliente, pero si deseas usarla en el horno, tendrás que aprender cómo hacerlo para evitar que el calor cambie sus propiedades y se convierta en un jarabe similar a azúcar de mesa.
Si conoces el producto que usas, y evitas los excesos, la miel de abejas es una gran alternativa para tus bocaditos dulces.
- Frutas y alimentos naturalmente dulces: aprovecha el sabor natural de las frutas dulces, como manzana, plátano maduro, mango maduro, pitaya, entre otras; y combínalos de formas sutiles y creativas para crear deliciosos postres. También puedes agregar a tus preparaciones coco o frutos secos como el marañón, las almendras o las nueces del Brasil, que también tienen toques dulces en su sabor y enriquecen las preparaciones.
En relación con el uso de frutas deshidratadas como arándanos, dátiles, pasas, ciruelas pasas; verifica que sean libres de azúcar para que realmente puedas aprovechar su sabor natural. Y ten presente, que por estar deshidratadas el contenido de fructosa es mayor, y aunque esta fructosa es de origen natural; dependiendo de su uso y cómo lo combines, puede incrementar rápidamente los niveles de azúcar en la sangre y generar un impacto en la salud en personas con enfermedades crónicas como diabetes, cáncer, alzheimer, entre otras.
- Especias dulces y extractos naturales: Las especias dulces como la canela, la nuez moscada, clavos de olor, pimientas dulces como la pimienta rosada y la pimienta de olor, el cardamomo, el anís, la menta, la hierbabuena, el extracto de vainilla, activan las papilas gustativas en la zona de percepción del sabor dulce; y ayuda a que disfrutemos más de las reparaciones, disminuyendo la cantidad necesaria de endulzante.
Úsalas, conócelas y experimenta sus sabores. Además las especias contienen antioxidades, y muchas de ellas, como la canela, ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre, además de otros beneficios. Atrévete a incorporarlas en tus platos y descubre la cantidad adecuada para cada preparación.
Recuerda que en temas de salud y bienestar no hay recetas mágicas, que es importante conectarte con tu cuerpo y elegir con consciencia.
¿Qué preparaciones se te ocurren con estos endulzantes?
Fuentes:
eHealth Network. Health hazards of sulphur in sugar. Enero 15 de 2014.
Healthline. ¿Es la maltodextrina mala para mí?. Escrito por Anna Shaefer el 19 de junio de 2017
Fed Up – Documental – Subtitulado es español. https://www.youtube.com/watch?v=89CeNHNI_KQ
Esta información tiene únicamente educativos, no reemplaza el consejo o tratamiento médico y, bajo ninguna circunstancia, deberá ser considerada como forma de asistencia médica, ni nutricional sobre el tema.
Deja una Respuesta